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martes, 1 de marzo de 2011

Al Final

Un día que ya esta por terminar, solo queda la última parte del día, llegar a la casa, saludar, dar un pequeño informe del día y decir que todo va bien.
Era un día caluroso, pero en verdad Emilia seguía teniendo frío, esos escalofríos que venían desde su nuca y que terminaban en su pierna derecha, siempre pasaba lo mismo cuando estaba muy cansada, solo debe ser la falta de sueño por tanta actividad.
Emilia Garrido es una chica de quince años, estudiante se educación media de un liceo normal, de estos que tienen nombre de bombardero gringo como decía su amigo el Trash, un anarquista que quería demostrar a toda costa que la vía del anarquismo era posible, un soñador que hacía olvidar sus agobiantes problemas. Emilia tenía un trabajo de medio tiempo durante la semana y el fin de semana otro trabajo part time, todo para poder mantener en la casa, ya que a su padre no le alcanzaba el dinero y su madre pasaba el tiempo haciendo planes para ser millonaria que nunca funcionaban.
ya en la casa podía descansar, hoy era día de paga y pudo comprar algunas cosas par la casa y pagar la cuenta del gas, a su padre otra ves le habían descontado una gran suma de dinero de su sueldo, había cometido muchos errores lo que había causado muchas mermas para la empresa, mermas que él debía pagar, no queda mas que sonreír, decir "no te preocupes, todo saldrá bien" alegrarse por tener un pan que comer, y tratar de hacer entrar en razón a mi madre, de que no es factible algún plan tonto que vio en la novela de la tarde, que es mejor que no esforcemos casa uno en su trabajo, es mejor no demostrar lo agotada que se sentía, que no le importa no poder comprarse una polera que quiere, solo para darse un gusto, es mejor no demostrar que esta casada de tener que pelearse con medio mundo en el colegio que intentan humillarla en cada oportunidad que tienen, que no le importe que no haya persona que este dispuesta a ofrecer su hombro para que ella pueda descansar de su mundo por un momento, con una sonrisa tiene que ocultar que solo quiere gritar y salir corriendo, que en verdad no quiere ser la única que razona en su familia, que no le corresponde ser el pilar de su casa, con una buena cara tiene que disimular que en verdad solo quiere ser una chica normal y que no puede serlo por culpa del dinero. ya es hora de ir a la cama, ya había limpiado la loza, ese día también le correspondía hacer eso.
Otro día mas había acabado, lo podía sentir por en el olor de su cama, ya podía oler ese olor a medicina. Un nuevo escalofrío envuelve a Emilia, esta ves con fuertes sacudidas de su cuerpo, ya le habían inyectado la medicina, parece que ahora necesita más dosis que antes, ya no se la dan en pastillas como cuando recién ingresó al hospital. Parece que sus padres la fueron a ver cuando estaba en una de sus alucinaciones, a Emilia le parecía que aun tenía el olor de casa, pero no estaba segura, de seguro que su alucinación también le jugaba una mala pasada ahora, quizás estaba perfeccionando su propia enfermedad, Emilia tiene el leve recuerdo que antes de esto ella era de esas personas que buscaban la perfección en todo, pero no estaba segura de eso tampoco, ahora solo vivía de la duda en saber que era la realidad o una alucinación.
Ya era hora de dormir, aunque el sol aun no se ponía en el horizonte, pero esta ves estaba muy cansada, sentía que había trabajado todo el día que había sido muy agotador, sentía como si hubiera estado muy agobiada, como si tuviera la responsabilidad de toda una familia. De todas formas, era mejor volver a su habitación donde solo estaba el blanco, sin importar si eso era verdad o solo su mente