En qué momento el miedo acalló la voz que brotaba libre por la garganta de la convicción, y terminó dejando en las sombras de los edificios de la ciudad a una niña escondida que solo tiene el recuerdo de la fuerza que una ves tuvo tiempo atrás, como el rumor de la historia que resuena en las paredes de las ruinas que rodean una ciudad sin ton ni son.
¿Qué mano va a sacar de ese escondite a esa niña que no quiere ver mas salidas que la de los recuerdos? Manos van a haber de sobra, pero como no hay peor ciego que el que no quiere ver, no se puede hacer ver a quien no tiene ojos.
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